GUMA irradia energía y "espíritu" en los años 80, incluso antes. La idea es que a través de una bonita historia de una época en que las reuniones eran de una calidad incomparablemente mejor, nos conectamos con el "aparato" que debería mantenernos espiritualmente vivos. Interiores interesantes, música urbana y catering de calidad son las cartas de triunfo que deberían atraer al público deseado, que de ninguna manera deben ser filtradas por criterios generacionales sino de cosmovisión.