A la entrada de la ciudad, la iglesia de Sv. Sebastián fue construido en 1466 como protección contra la peste. Fue construido por Mihoč Radišić y Vlatko Dešković, y en las décadas siguientes numerosos maestros locales tallaron decoraciones arquitectónicas y otras partes. El ábside semicircular renacentista de esta iglesia es el primer ejemplo de este tipo en la arquitectura sacra de Dubrovnik. En 1808, los franceses convirtieron la iglesia en una prisión, y hoy alberga una galería. Debajo de la iglesia hay talleres de mampostería de piedra y almacenes de piedra.